jueves, 2 de diciembre de 2010

Un día realista (Parte 1)

     Hace unas horas desperté sobre mi colchón, sin la idea de que día era hoy, pero esperando un cambio inusual en las cosas que me han pasado últimamente, tal vez un día diferente, alguien que dijera algo que cambiara lo que sentía. Como rutinariamente hago cada mañana mire la pantalla de mi celular donde inesperadamente había un mensaje de ella con su camuflada despedida, buenos deseos para mi, que contenían en ellos una sensación de cariño un poco hostil pero agradable, y al instante recordé, que olvide responderle la noche anterior y la anterior a esta… hace días que no dormía bien; leyendo libros y analizando problemas hasta que mi razonamiento ya no daba para más y la necesidad de entrar en mis sueños se hacía mas grande.
     Las ansias por las calificaciones de mis exámenes universitarios no eran mayor que las de verla a ella... pero al igual me dejaban agotado y sin tiempo para hacer otras cosas… tal vez ella no entendía eso, tal vez eran las cosas que últimamente habían estado pasando entre nosotros, pero la sensación de lejanía y de indiferencia se sentían cada vez más.
     Luego de leer su corto mensaje me dije a mi mismo, es hora de levantarse, aun sin ganas conduje mi mirada hacia la puerta de mi habitación y justo cuando decidí moverme, la puerta se abrió, mi madre entro. Ella podría ser fácilmente la mejor madre del mundo para cualquiera, así como cualquier padre que se esfuerza por su hijo, quiso para mi lo que ella nunca tuvo, y hasta ese momento lo había logrado, y cada vez que pensaba en eso sentía en mí un dejo de orgullo por todas esas cosas que ha superado, aunque nunca se lo he dicho… luego de entrar a mi habitación y dar sus respectivos buenos días, me preguntó como estaba y simplemente me miró, será esa extraña capacidad que poseen las madres, ese sexto sentido sobre los hijos, o tal vez fue que mi mal estado se reflejaba fácilmente, pero no tardo mucho cuando ya había preguntado, ¿Qué tienes hijo? Y esa pregunta recorrió mi mente como lluvia fría… lo único que se me ocurrió en el momento fue responderle con otra pregunta: ¿mamà te sientes orgullosa de mí?, ¿de lo que he logrado hasta ahora?, ¿de quién soy? Y ella simplemente respondió: tu eres el hijo que cualquier madre desearía tener, y si, me siento orgullosa de ti, de quien eres, y de lo que has logrado, aun te falta mucho por realizar, pero se que en la vida te esperan cosas grandes y yo  estare hay para verte hijo… esas palabras causaron una gran sensación de paz de alivio y mucho sentimiento en mí, era definitivamente todo lo que no planeaba pero quería escuchar.
Me has cambiado el día, GRACIAS MAMÁ!

P.D.: Esta mañana luego de esto, sentí la necesidad de plasmarlo mediante mi teclado. Mi día seguirá y yo seguiré escribiendo.





 

1 comentarios:

Anónimo dijo...

exelente amigo, siga asi!!

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